Apnea del sueño: todo lo que necesitas saber

Los síntomas de la apnea obstructiva y de la apnea central se superponen, lo que a veces dificulta determinar qué tipo tienes. Los síntomas más comunes incluyen:

• Ronquidos fuertes.

• Episodios en los que dejas de respirar durante el sueño (reportados por otra persona).

• Jadeos o sensación de ahogo durante el sueño.

• Despertar con la boca seca.

• Dolor de cabeza matutino.

• Dificultad para mantener el sueño (insomnio).

• Somnolencia diurna excesiva (hipersomnia).

• Dificultad para concentrarse estando despierto.

• Irritabilidad.

Cuándo consultar a tu médico

El ronquido fuerte puede indicar un problema potencialmente serio, pero no todas las personas con apnea del sueño roncan. Habla con tu proveedor si tienes síntomas de apnea del sueño. Consulta por cualquier problema de sueño que te deje fatigado, somnoliento e irritable.

Apnea obstructiva del sueño (AOS)

Este tipo ocurre cuando los músculos en la parte posterior de la garganta se relajan. Estos músculos sostienen el paladar blando, la úvula (la pieza triangular que cuelga del paladar blando), las amígdalas, las paredes laterales de la garganta y la lengua.

Cuando los músculos se relajan, las vías respiratorias se estrechan o se cierran al inhalar. No puedes obtener suficiente aire, lo que puede reducir el nivel de oxígeno en la sangre. El cerebro detecta que no puedes respirar y te despierta brevemente para reabrir las vías respiratorias. Este despertar suele ser tan breve que no lo recuerdas.

Puedes resoplar, atragantarte o jadear. Este patrón puede repetirse de 5 a 30 veces o más por hora durante toda la noche. Esto dificulta alcanzar las fases profundas y reparadoras del sueño.

Apnea central del sueño (ACS)

Esta forma, menos común, ocurre cuando el cerebro no envía señales a los músculos respiratorios. Esto significa que no realizas ningún esfuerzo por respirar durante un corto período. Puedes despertarte con falta de aire o tener dificultades para conciliar o mantener el sueño.

La apnea del sueño puede afectar a cualquier persona, incluso a los niños. Sin embargo, ciertos factores aumentan el riesgo.

Apnea obstructiva del sueño (AOS)

Factores que aumentan el riesgo:

• Exceso de peso. La obesidad incrementa notablemente el riesgo de AOS. Los depósitos de grasa alrededor de las vías respiratorias superiores pueden obstruir la respiración.

• Circunferencia del cuello. Quienes tienen el cuello más grueso podrían tener vías respiratorias más estrechas.

• Vía aérea estrecha. Puedes haber heredado una garganta estrecha. Las amígdalas o las adenoides también pueden agrandarse y bloquear la vía aérea, especialmente en niños.

• Sexo masculino. Los hombres tienen de 2 a 3 veces más probabilidad de tener apnea del sueño que las mujeres. No obstante, el riesgo en mujeres aumenta si tienen sobrepeso o si pasaron por la menopausia.

• Mayor edad. La apnea del sueño es significativamente más frecuente en adultos mayores.

• Antecedentes familiares. Tener familiares con apnea del sueño puede aumentar el riesgo.

• Consumo de alcohol, sedantes o tranquilizantes. Estas sustancias relajan los músculos de la garganta y pueden empeorar la AOS.

• Tabaquismo. Las personas que fuman tienen tres veces más probabilidad de presentar AOS que quienes nunca han fumado. Fumar puede aumentar la inflamación y la retención de líquidos en la vía aérea superior.

• Congestión nasal. Si te cuesta respirar por la nariz —ya sea por un problema anatómico o por alergias— es más probable desarrollar AOS.

• Afecciones médicas. Insuficiencia cardíaca, hipertensión y diabetes tipo 2, entre otras, pueden aumentar el riesgo. El síndrome de ovario poliquístico, trastornos hormonales, antecedente de accidente cerebrovascular y enfermedades pulmonares crónicas como el asma también elevan el riesgo.

Apnea central del sueño (ACS)

Factores de riesgo:

• Mayor edad. El riesgo es más alto en personas de mediana edad y mayores.

• Sexo masculino. Más común en hombres que en mujeres.

• Trastornos cardíacos. La insuficiencia cardíaca congestiva aumenta el riesgo.

• Uso de analgésicos narcóticos. Los opioides, en especial los de acción prolongada como la metadona, incrementan el riesgo.

• Accidente cerebrovascular. Haber tenido un ACV aumenta el riesgo de ACS.

La apnea del sueño es una afección médica seria.

Complicaciones de la AOS

• Fatiga diurna. Los despertares repetidos impiden un sueño reparador, lo que provoca somnolencia intensa, fatiga e irritabilidad. Puedes tener problemas para concentrarte y quedarte dormido en el trabajo, viendo TV o incluso conduciendo. Las personas con apnea del sueño tienen mayor riesgo de accidentes de tránsito y laborales. También puedes sentirte de mal humor o deprimido. Niños y adolescentes con apnea del sueño pueden rendir mal en la escuela o presentar problemas de conducta.

• Hipertensión o problemas cardíacos. Las caídas repentinas del oxígeno durante la AOS elevan la presión arterial y sobrecargan el sistema cardiovascular. Tener AOS aumenta el riesgo de hipertensión. La AOS también puede incrementar el riesgo de infarto recurrente, accidente cerebrovascular y arritmias (por ejemplo, fibrilación auricular). Si tienes cardiopatía, múltiples episodios de oxígeno bajo (hipoxia o hipoxemia) pueden conducir a muerte súbita por arritmia.

• Diabetes tipo 2. La apnea del sueño aumenta el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina y diabetes tipo 2.

• Síndrome metabólico. Incluye hipertensión, niveles anormales de colesterol, glucosa alta y aumento del perímetro abdominal, y se asocia con mayor riesgo cardiovascular.

• Complicaciones con medicamentos y cirugía. La AOS es una preocupación con ciertos fármacos y con la anestesia general. Las personas con apnea del sueño pueden tener más complicaciones después de cirugías mayores debido a la tendencia a problemas respiratorios, especialmente cuando están sedadas y en decúbito supino. Antes de una cirugía, informa a tu médico sobre tu apnea del sueño y cómo la estás tratando.

• Problemas hepáticos. Es más probable que las personas con apnea del sueño tengan resultados irregulares en pruebas de función hepática y signos de cicatrización hepática (enfermedad por hígado graso no alcohólico).

• Parejas con privación de sueño. Los ronquidos fuertes pueden impedir el buen descanso de quien duerme cerca. Es común que la pareja deba ir a otra habitación —o incluso a otro piso de la casa— para poder dormir.

Complicaciones de la ACS

• Fatiga. Los despertares repetidos impiden el sueño reparador. Las personas con ACS suelen tener fatiga intensa, somnolencia diurna e irritabilidad. Puedes tener dificultad para concentrarte y quedarte dormido en el trabajo, viendo televisión o incluso al conducir.

• Problemas cardiovasculares. Las caídas repentinas del oxígeno durante la ACS pueden afectar negativamente la salud del corazón. Si existe una cardiopatía subyacente, estos episodios múltiples de oxígeno bajo —hipoxia o hipoxemia— empeoran el pronóstico y aumentan el riesgo de arritmias.